El monaguillo.

Conmovido, entré en la iglesita del pueblo. Habían partes del techo caídas. En dos pasos llegué al altar; nunca pensé que fuera a conmoverme tanto un lugar así. Estuve unos minutos conmigo mismo y de pronto me sobresalté. No, no era que paso poco tiempo conmigo solo. Sentí como una presencia en el lugar. Era la hora de la siesta. No habia nadie... Me estremecí. Entonces, miré al Cristo y le pregunté. Sentía la imperiosa necesidad de saber, de repente. "Señor: cuál ha sido tu más, más, más hermosa creación?"
"Una mujer" me contestó.
"Una en particular, o la mujer, Señor?"
"Una que tu conoces."
Quedé absorto.
"Una mujer de tu pasado, alta, morena, intrigante, todo vida".
"Más que los niños y las flores? Más que las cataratas y la puesta del sol, Señor?"
"Mucho mas."
"De mi pasado, Señor?"
"De tu pasado, tu presente y tu futuro; ya que nunca jamás podrás perder a esa mujer."
"No comprendo."
"Está en tu memoria. Y estará alli por siempre. Pase lo que pase, jamás podrás olvidarla. Nadie puede quitarte eso. Ella será en lo último en que pienses en el minuto en que Yo te llame de nuevo conmigo"
"Señor... me has condenado, acaso?"
"Tu te has condenado solo."
"Es que no eres misericordioso y todo lo perdonas?"
"Es como las enfermedades y las guerras."
"Y no tienes una solucion para mi?"
"No me culpes por el hambre del mundo."
"Dios, es posible que Tu me estés dejando solo en esto? Tu?"
"Estas solo desde el momento en que te envié al mundo otra vez, al igual que todos los demás."
"Pero Señor, por qué a mí? Yo no estoy preparado."
"No está preparado el capitán del barco para su primera tormenta, tampoco."
"Pero Dios... no se que hacer!"
"Sabe menos el gorrión de la noche cerrada que se cierne sobre su nido... Ahora ve"
"Pero Dios... me dejarás marchar así, sin ni una pista siquiera?"
"Una pista puede ser la luz al final del túnel, pero también esa luz puede provenir de un tren corriendo hacia ti."
Y ahí me avive.
Era el monaguillo, que me había estado boludeando todo el tiempo escondido debajo del altar.
En un primer momento quise cagarlo a trompadas, pero déspués vi que tenía como cuarenta y seis años y era medio bobo.
Y me sentí peor.